La comida portuguesa es deliciosa y la Casa Portuguesa es la mejor opcion para probarla, el pan horneado en casa, los postres, el bacalao y el caldo verde son una delicia, el servicio es muy bueno y el lugar es agradable, sin duda vale la pena regresar!
Para empezar, el lugar no es bonito: Vulgares tablas en la terraza y espantosos cristos y vírgenes de muy mal gusto. El servicio TERRIBLE. Ya teníamos una reservación y nos hicieron esperar todavía 15 minutos, ¿dónde se ha visto? Y lo peor, la comida bastante regular. Eso sí, los postres estaban buenos.
Sin duda, Casa Portuguesa ofrece deliciosos desayunos como sus omelet y exquisitos panes recien salidos del horno, si visitamos Casa Portuguesa en desayunos.
En la comida, todo un festin de platillos que tienen como base el bacalao, con más de cien recetas, que maridan perfectamente con un vinho verde.
El servicio y atención se agradece. Una excelente opción que no se debe perder.