Editorial Queremos Comer
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Sabemos que es imposible conocer todos los restaurantes de nuestra ciudad, por más que uno quisiera, ¡hay tantísimos! Lo que sí sabemos es que seguramente hay algunos que desearías visitar pero diversos factores te impiden hacerlo. Así que aprovecha ahora estas fechas en las que hay poco tráfico para darte una vuelta a esos lugares en los cuales vale la pena darse una vuelta para comer de forma increíble.
Es un restaurante de cocina tradicional hindú donde no faltan los platos más típicos y exóticos de la India. Su propuesta es rica, variada y abundante en platos vegetarianos. Lo más famoso es quizás el curry y la carne, pollo o pescado cocinados en hornos de arcilla (tandoor).
Está ubicado en una emblemática casona del siglo XVII en el Barrio de San Inn. Originalmente el edificio fue una hacienda, posteriormente un hotel regenteado por la francesa Madame Roux que hospedó a la gente más aristocrática y famosa de esa época. Ahora es un restaurante tradicional con un menú internacional con toque mexicano.
Es uno de los restaurantes más bonitos de la Ciudad de México con arquitectura fusionada por barro negro de Oaxaca con detalles dorados propios de la época virreinal. En la cocina es un lugar donde se realiza homenaje a la diversidad y riqueza cultural aportando un toque casero.
Hace doce años la chef Mónica Patiño se instaló en la casona que se halla en el centro de la antigua fábrica de Loreto y Peña Pobre, bautizando al lugar con el mismo nombre de su primera incursión restaurantera, 20 años antes, en Valle de Bravo.
Muestra y ofrece lo mejor de la gastronomía italiana en México, trayendo desde el norte de Italia recetas tradicionales. El chef Stefano Ferrero, llegó a nuestro país con el sueño de conquistar a México con sus creaciones, proveniente de Carru en la región de Piemonte, tiene una gran pasión por los platillos típicos italianos, desde muy temprana edad cocinaba al lado de su padre Domenico Ferrero y de su abuelita Margherita la cual le heredo sus mejores recetas típicas Piemontesas.
La arquitectura y concepto de Guría surge de una interpretación contemporánea de las casonas vascas. A cargo de la chef Arantxa de Saracho, cuya vida siempre ha estado relacionada con la cocina y los restaurantes, ya que su familia goza de una gran trayectoria en este ámbito. La tradición inició con su abuelo de origen vasco quien llegó a México a principios del siglo pasado y estableció el Centro Asturiano y el Casino Español. Mientras que su padre, hizo lo propio con el Centro Vasco y el Centro Gallego, a mediados de la década de los sesenta.
Ramón Orraca, el dueño y director del proyecto siguió su instinto y deseo de celebrar la revolución de la cocina mexicana ocasionada por el repentino gusto francés del Porfiriato y creó a Mexsi Bocu en una hermosa y amplia casa en la colonia Roma. El nombre remite de inmediato a México y a Francia, pues es una versión hispanizada de “Mexique Beaucoup” —mucho México—. Y así es como se percibe en cada detalle del lugar: una mezcla muy especial de ambas culturas.
El menú se creó bajo la asesoría de Valerie Avernin y se ejecuta con maestría por el chef Alexis Preschez. Los platos saben a México, pues se inspiran en ingredientes mexicanos y sabores conocidos, pero a la vez lucen el toque francés en sus técnicas de tradición francesa y algunos platos populares de la ciudad de la luz.
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