No podía parar de comer, los platillos son desde ricos hasta deliciosos. El lugar está divino, perfecto para pasar un rato agradable y romántico, porque la música también es perfecta para relajarse, conversar y disfrutar. El personal es muy amable y atento. Las porciones son adecuadas dados los precios, a excepción de lo camarones, que me parecen algo caros. Tendrían 5 estrellas si no permitieran fumar en la terraza, pues la mayor parte de la gente va a comer no a fumar.