La atención fue pésima de principio a fin: nos mandaron a servir a un garrotero idiota, ni siquiera a un mesero, que tardo media hora con las bebidas y casi una con la comida que venía echada a perder, inlcuyendo el pollo en mal estado. Cuando nos quejamos, la gerenta se río como estúpida. Se ve que a la vieja Ramírez Degollado no le importa servir comida en mal estado con tal de seguir abriendo sucursales.
Pedí unos panuchos y tardaron 25 minutos en llevarlos cuando mis invitados desde Monterrey habían ya terminado. Con exceso de grasa. Me apareció un pedazo de plástico en uno de ellos. Al reclamar nadie fue para pedirme una disculpa, se limitaron a preguntarme que otra cosa quería. Al final no me cobraron el plato pero adolecen de atención al cliente. La gerente en turno se fue sin otro comentario. Mala atención. No vuelvo.