¿Los restaurantes en el DF son caros o no?

17 Jun 2013

Dicen los mercadólogos que ?percepciones son realidades?, y creo que tienen mucha razón. Fíjese en los siguientes puntos que ayudan o quitan valor a lo que paga.

Por Eduardo Vera Prendes @PanyLaSal
editorial@queremoscomer.com

 

Por supuesto que los precios del menú son un punto decisivo en decidir si un lugar es caro o no (claro que va además de la mano de nuestro poder adquisitivo),pero más allá de esto están otros factores que nos van a generar la percepción de QUE estoy recibiendo por mi dinero. Puntos que dan valor a la experiencia y que terminarán de redondear si pagamos con gusto, o si la firma del voucher se sentirá muy forzada y dolida.

Restaurante en el df

HIGIENE: Es "normal" considerar que cualquier puesto callejero carezca de las normas mínimas de higiene, empezando porque no tienen baño. De lavarse las manos, creo que mejor ni platicamos, y por ahí podemos seguir con lavado de platos, ollas, sartenes, cuchillos y demás aditamentos. Pero en un buen lugar no debe de haber fallas, por lo que esperaríamos NUNCA encontrar un vaso sucio o con la famosa mancha de lápiz labial, alguna costra de Dios sabe que debajo de algún plato y otras cosas obscuras que es mejor no pensar.

Higiene en los platillos

INSTALACIONES GENERALES: ¿Qué tanta inversión se ve?  ¿Qué tal es la iluminación?, fíjese en el piso, en los muros, en los elementos decorativos… la calidad se nota a leguas. ¿De que material son las sillas y mesas?, ¿usan servilletas de tela o de papel, los cubiertos son de plástico o de metal, los platos son de porcelana o de melanina?
¿Los baños están limpios?, ¿tienen el equipo en buen estado? ¿Se ve reflejada esmero en el diseño?, o son dos puertas con un foco pelón colgando y sin gancho en la puerta para colgar la bolsa o el saco.


SERVICIO: ¿El personal es amable, cortés, sonriente, dispuesto a atenderle, a que coma bien y rico?, o ¿es grosero, avienta las cosas, con prepotencia? ¿El mesero conoce bien la carta, o se le olvida que guarnición lleva un platillo? ¿Están uniformados, o cada quien viste a su gusto?

CALIDAD DE LOS PRODUCTOS:
Bien dicen que hasta en los perros hay razas, y no es que yo quiera imaginarme que me como a un can en alguna taquería (recuerde que por eso es apreciada la presencia de perros en las orillas de las taquerías: Perro no come perro). Pero como en todo, la calidad esta en todos lados, y no es lo mismo una carne de una vaca alimentada con granos de calidad, que viene con un buen marmoleo y suavidad, a esos bistecs duros y grisáceos que cuesta partirlos incluso con filosos cuchillos. No es lo mismo una tilapia (con el debido respeto) que una Merluza o un Lenguado.

TAMAÑO DE LA PORCIÓN: Este sin duda es uno de los puntos más relevantes en la percepción del cliente. Si voy a pagar $350 por un pedazo de carne, espero algo similar a la costilla que pedía Pedro Picapiedra. Alguna veces, es engañosa, pues los platos son cada vez más grandes, con lo que hay muchos espacios blancos, pero si se logra engañar a la vista, no se engaña al estomago.

PRESENTACION DE LOS PLATILLOS:
De la vista nace el amor. El esmero en la decoración de un platillo hace muchas veces la diferencia. El arte empieza a notarse aquí, buscando la estética con colores, texturas, sabores, todo presentado en un perfecto balance y con creatividad que enamora. No queremos ya el filete por un lado y la guarnición aventada al otro costado.
Así mismo la cocción del producto debe de ser la correcta; terrible resulta una pechuga reseca o un pescado crudo.

Buena presentación

OTROS:
¿Tienen una música a un buen nivel, programada de acuerdo al tipo de establecimiento? O tienen un radio en la que se tienen que oír los comerciales, o peor aún, dejan que llegue la tambora, organillero o cantante de ranchero a "deleitar" a los comensales con su música. 
¿El menú es de un buen material, o tiene en vez de un buen laminado, un plastificado opaco, grueso y corriente?
¿Permiten que entren al restaurante (especialmente en terrazas) vendedores ambulantes?, o los mantienen a raya.

Todos estos puntos son transferibles a cualquier tipo de establecimientos, desde un lugar de $1000 por persona que tal vez sentimos que fue un precio justo, a un changarro de tacos de $35 por persona que podemos sentir que fue muy caro.
El punto es, ¿cuanto valor recibió por su dinero?
¡Todo es cuestión de percepciones!

Buen provecho

Editorial


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